Hoy se conmemora el vigesimoquinto aniversario del italiano Enzo Ferrari, el fundador de la prestigiosa escudería que lleva su apellido. Sin duda es uno de los equipos y marcas de autos, más reconocidos a nivel mundial.

A continuación un contenido especial publicado por el sitio web del 'Cavallino Rampante':

Ha pasado ya un cuarto de siglo desde aquel domingo, 14 de agosto de 1988, en el que Enzo Ferrari nos dejó. Es toda una generación: algunos de nuestros compañeros ni siquiera habían nacido cuando Ferrari falleció. Sin embargo, su recuerdo sigue vivo y con mucha fuerza en la memoria de aquellos que le conocieron, al igual que en la de los que apenas le escucharon hablar; también en la de aquellos que han tenido la suerte de poseer, o al menos conducir alguna vez, uno de los autos que llevan su nombre; y también en la de los que disfrutan con la alegría de una victoria o lloran por una derrota de un monoplaza rojo identificado con el escudo de un Cavallino Rampante con el fondo amarillo.

Han sido muchos los que durante estos últimos días han pedido a Piero Ferrari que contara algunos de los recuerdos que guarda sobre su padre, Enzo, en vísperas del vigesimoquinto aniversario de su muerte.

"Duro y exigente, como padre y como jefe, aunque también autor de gestos de gran generosidad y de afecto inesperados, aspectos, estos últimos, que tendía a esconder", comenta Piero. "Valiente e innovador, siempre con la mirada puesta en el futuro: basta con pensar en el momento en el que decidió fundar la Scuderia, en el año 1929, el de la Gran Crisis, y el proyecto de crear una fábrica de automóviles en una Italia que aún se encontraba entre las ruinas de la Segunda Guerra Mundial".

"Es precisamente por su absoluta determinación de mirar hacia adelante, y por lo que decía de que la mejor Ferrari era la que aún estaba por llegar, por lo que a mi padre le hubiese gustado todo en lo que se ha convertido la empresa a día de hoy", explica Piero. "Siempre con el futuro y la innovación en mente, sin dejarse tentar por el mercado, tal y como él hubiese deseado. Luca di Montezemolo ha hecho, y continúa haciendo, un gran trabajo al mantener intactas las características esenciales del ADN de Ferrari: por ejemplo, hubiese compartido completamente la decisión de mantener la producción por debajo de los siete mil vehículos al año, pero aumentando la facturación".

Se podrían contar por miles los recuerdos que podría relatarnos sobre su padre, si bien Piero es de naturaleza reservada, uno de los rasgos familiares: "De los muchos recuerdos que tengo, quizás los que mejor conservo son sobre los almuerzos de los domingos con mi madre".

"Es imposible resumir en unas palabras lo que Enzo Ferrari significa para míLe debo tanto, a su coraje, a su capacidad de mirar siempre hacia adelante, incluso en los momentos más difíciles, tanto a nivel personal como profesional. Con mucha frecuencia me paro a pensar en lo afortunado que fui por haberlo conocido y haber trabajado con hombres como él y el Avvocatto Agnelli, personas realmente excepcionales que han hecho brillar a nuestro país en todo el mundo. Junto a mi escritorio, en Maranello, tengo una foto del Fundador: en los momentos en los que debo tomar una decisión importante, instintivamente miro su retrato, preguntándome a mí mismo qué es lo que haría él.

"El ejemplo de Enzo Ferrari se tiene siempre en mente", continuó. "Se las arregló para hacer realidad su sueño de construir autos extraordinarios gracias a su determinación y su pasión, características que forman parte del ADN de todos los hombres y mujeres que trabajan para la compañía que lleva su nombre. Veinticinco años después, le haría feliz ver en lo que se ha convertido hoy Ferrari, una entidad industrial y deportiva única, que representa la excelencia italiana y que continúa enamorando a los millones y millones de aficionados de la marca en todo el mundo".